Planta de la semana. La Soja

La Soja

Se cultiva y es consumida en gran cantidad en toda la zona asiática. Podemos encontrarla de varias formas que no presentan las mismas características nutricionales.

-La semilla de soja

-El germen de soja que son los brotes (soja verde).

-El zumo de soja que se obtiene a partir de granos de soja que se deben dejar remojar, luego lavar, licuar y finalmente exprimir.

-El aceite de soja que es rico en vitamina E, antioxidantes y ácidos grasos omega3, protectores del corazón y vasos sanguíneos.

Entre sus propiedades más importantes encontramos:

  • La soja por su aporte en isoflavonas (fitoestrógenos) regula el flujo de hormonas femeninas, reduciendo los sofocos de la menopausia y la pérdida de minerales en los huesos.
  • La soja regula la tasa de azúcar en la sangre, siendo aconsejada en diabéticos.
  • La soja se recomienda para prevenir problemas del corazón y del sistema circulatorio.
  • La soja reduce el colesterol gracias a su aporte en Lecitina e isoflavonas.
  • La soja es preventiva de Cáncer de Próstata ya que en este órgano hay muchos receptores de estrógenos y la soja ayuda a regularlos.

El soja contiene14% de grasas saturadas y 63% de grasas poli-insaturadas,  jugando un papel importante de protección del sistema cardiovascular, pues baja la tasa del «mal» colesterol en la sangre. La soja es una buena aliada del adelgazamiento y la pérdida de peso pues está compuesto de glúcidos complejos que dan la energía progresivamente y es muy rico en proteínas.

La soja es una fuente importante de vitaminas (B9 y E), de minerales (hierro, calcio y potasio) y de fibras vegetales que ayudad a la digestión y el transito intestinal.

Equipo Xtensal

Convención Gazpacho

Con motivo de la llegada del verano proponemos reunir para el solsticio de verano vuestras recetas y fotos de un buen Gazpacho, para hacer una publicación de todas ellas día de San Juan. Lee, toma nota, ponte el delantal, coge los ingredientes y la cámara de fotos y manos a la obra. Será divertido, seguro, y veremos vuestro arte culinario.

 

El Gazpacho Andaluz, ya sabéis que existen tantas recetas de este plato como gente que lo prepara. Hay recetas que incluyen pan, otras que le quitan la piel y semillas a los tomates, hay con manzanas y pepinos, gazpachos manchegos y últimamente se han puesto muy de moda los de frutas.

Comenzamos proponiendo el gazpacho andaluz (con su pimiento, tomates, pepino y ajo) que se prepara en un momento y que refresca como ningún otro.

Muy representativo de la gastronomía mediterránea por lo que la idea es recoger todas vuestras recetas y las fotos de la elaboración que hagáis y reunirlas todas en un post que publicaremos el próximo 24 Junio día de San Juan. Hasta el viernes a las 12 del mediodía recogeremos vuestras aportaciones.

Esperamos todas vuestras recetas, clásicas e innovadoras, con ese punto personal que lo haga único. Echemos un rato haciéndolas y disfrutando de lo que todos hagamos. Nos vemos el próximo viernes de San Juan.

Gracias Xtens@s

Equipo Xtensal

 

Nutricion con Cabeza

¿Realmente comemos bien? ¿Nos dejamos influenciar por algunos estereotipos sociales?

La respuesta a todo esto puede ser muy ambigua, realmente cada organismo es complejo en sí y es muy complicado que se rija por unos patrones concretos. Además de esto, en la sociedad que nos desenvolvemos hoy día el culto hacia e…l cuerpo, a veces nos puede jugar una mala experiencia. De aquí a que haya varios trastornos alimentarios, los más conocidos son la desnutrición y la obesidad.

Antes de hablar de los extremos a los que podemos llegar por un trastorno alimentario es necesario que sepamos diferenciar entre malnutrición y desnutrición. La primera incluye todas las situaciones en la que la nutrición es anormal, ya sea por defecto o exceso, de uno o varios tipos de nutrientes. La desnutrición indica un inadecuado aporte calórico, habitualmente asociado a un escaso aporte proteico o graso, aunque suele ser mixta, excepcionalmente afecta de modo diferente a uno de estos compuestos.

Hay diversas causas que conllevan a la desnutrición:

La alteración en la ingesta, alteración en la motilidad (movilidad) del tubo digestivo; y alteraciones en la digestión y absorción. Quizás la causa más prevalente en el tiempo, sea la alteración de la ingesta y, por consiguiente, la expresión típica que hoy se conoce, la “anorexia”.

Pero esta entidad nosológica no es tal como la conocemos; sino que la anorexia se define básicamente como “falta de apetito o de hambre”. Cuando hablamos de que una persona es “anoréxica”, estamos cometiendo un error conceptual, la anorexia como enfermedad cursa con innumerables patologías, ya sean cardiacas, respiratorias, neoplásicas, endocrinas, metabólicas, infecciosas, inflamatorias, renales, hepáticas e, incluso, psicológicas. Por tanto, hay que distinguir bien entre:

– Anorexia como enfermedad que cursa con otras patologías.

– Anorexia nerviosa, trastorno psicológico, expresado como un miedo a subir de peso por lo tanto hay una restricción de alimentos que contienen carbohidratos y grasas.

– Bulimia, trastorno psicológico, consiste en comer en exceso y luego inducir el vómito.

– Vigorexia, preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal que lleva a una adición a la actividad física.

 La principales causas de la anorexia nerviosa se deben a cambios físicos, emocionales que se producen durante la pubertad, suele darse mayoritariamente en mujeres pero, actualmente, el porcentaje de hombres que la padece va en aumento. En esta entidad patológica, como he dicho anteriormente, se caracteriza por una restricción de la ingesta de un determinado grupo de alimentos, a ello hay que sumarle el ejercicio físico excesivo y, un patrón psicológico, la obsesión que se convierte para estas personas lo “poco que ingieren”.

En relación al deporte, puede aparecer en atletas, debido a la disminución de la ingesta de grasas en un momento biológico crucial del desarrollo en el que deberían de aumentarla.

Las consecuencias de la anorexia son las siguientes:

– Trastornos cardíacos.

– Trastornos renales.

– Disminución de la presión arterial, pulsaciones y ritmo de la respiración.

– Pérdida de cabello y debilitamiento de las uñas.

– Ausencia de la menstruación en la mujer.

– Lanugo, pelo suave que crece en toda la superficie de la piel.

– Mareos.

– Anemia.

– Inflamaciones articulares.

– Fragilidad ósea.

– Esteatosis hepática (hígado graso).

– Deterioro de dientes, dolor estomacal y pérdida de potasio en pacientes bulímicos.

Ante este tipo de problema, en una primera instancia tenemos que aconsejar o acudir a un psiquiatra. A partir de este momento, ya se recibirá el tratamiento adecuado en cuanto a nutrición y a rehabilitación (ejercicio).

En el extremo opuesto está la obesidad. En general, se denomina obesidad al aumento en la cantidad de grasa corporal que condiciona un aumento de peso. Pero el simple aumento de peso corporal no es equivalente a obesidad, ya que puede deberse al incremento de líquido o músculo. Por tanto, ¿cuándo se considera obesidad? Cuando el peso real supera al ideal en un 30% o si el IMC es superior a 30 (IMC=peso/talla²).

«El mecanismo principal por el que aparece la obesidad se debe a un desequilibrio entre la ingesta y la pérdida de calorías, siendo habitual la coexistencia de ambos mecanismos«. Por una parte, el desequilibrio en la ingesta se traduce a un aumento de la ingestión de calorías; por otra parte la pérdida de calorías estaría disminuida. Normalmente asociamos la alimentación excesiva y la vida sedentaria a obesidad y no es del todo correcto, ya que tiene un componente multifactorial (genético, ambiental y psicológico). De ahí a que podamos hacer una diferenciación entre:

– Obesidad exógena, debida a una alimentación excesiva y falta de ejercicio y actividad física.

– Obesidad endógena, que está causada por alteraciones endocrinas y metabólicas.

La obesidad puede asociarse a muchas enfermedades, ya sea como factor de riesgo o factor precursor de las mismas. Actúa, por un lado, como factor de riesgo en enfermedades crónicas como cardiopatías, diabetes, hipertensión, ictus y algunas formas de cáncer. Por otro lado, es un factor predisponente en las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, osteoartritis, gota, hepatopatías (hígado graso…).

En el tema de la obesidad exógena, tenemos que tratarla con unas buenas pautas de ejercicio y actividad física, y con una buena “higiene” nutricional. Pero, esto no es tan sencillo como parece, ya que existen diversas “dietas milagro” o dietas restrictivas, no os habéis preguntado ¿son salubres este tipo de dietas? Con total rotundidad, NO. No hay que dejarse engañar por dietas en las que haya restricción o prohibición de determinados grupos de alimentos y, por consiguiente, aumento de otros. Aunque es posible que permita perder peso, probablemente se vuelve a ganar en cuanto se vuelve a comer con total normalidad. Ahora podemos pensar, que sino restringimos alimentos no bajaremos de peso. Pero, ¿sabemos qué puede ocurrir si restringimos algunos grupos alimentarios? Vamos a dar una respuesta a ello. Normalmente en las dietas que se siguen hoy día, hay una restricción de hidratos de carbono y de grasas; al mismo tiempo que se aumentan las proteínas y los suplementos vitamínicos, supuestamente para compensar las pérdidas. ¿Esto es correcto? NO. ¿Por qué?

Partiendo de varias premisas como que la célula solo utiliza glucosa para su actividad celular, y que la mayor parte de la ingesta, concretamente un 70%, se usa para cubrir el metabolismo celular y las principales funciones orgánicas, ¿Qué podría suceder con una dieta de este tipo?

– Si restringimos los hidratos de carbono, las principales funciones orgánicas se ven mermadas debido a que el aporte de glucosa a los principales órganos consumidores (cerebro, corazón, hígado y riñón) es deficiente. Podemos pensar que la grasa que hay de reserva la célula la puede usar como fuente de energía; es cierto, la usa, pero con la salvedad de que al metabolizarla le sale menos rentable que si metabolizara los hidratos de carbono; por lo que, el metabolismo se ralentiza. Tampoco podemos mantener así al organismo puesto que toda reserva grasa acaba por agotarse, llegando a esta situación el organismo toma de diversos tejidos, como el pulmonar, las proteínas como fuente de energía.

– Si restringimos las grasas, estamos cometiendo un gran error. Los lípidos tienen funciones biológicas muy importantes en el organismo: formación de moléculas como vitamina D, progesterona, testosterona y estrógenos; prevención de muchas enfermedades como las cardiovasculares, algunos tipos de cáncer (cáncer de mama); e incluso reforzar el sistema inmune.

Dicho esto, hay una cuestión sobre esto, y es que hay personas que no se explican como reduciendo los lípidos al máximo en un control rutinario médico las enzimas hepáticas estén elevadas. La explicación a esto es sencilla, cuando hay una reducción excesiva de lípidos, el organismo desarrolla un mecanismo compensador y lleva a cabo una captación de toda la reserva grasa que hay en organismo, transportándola al hígado que es órgano diana donde se metaboliza. Esto también suele pasar en la anorexia nerviosa.

– Si aumentamos la ingesta de proteínas, parece que no haya efectos nocivos o tóxicos en el organismo o que solo pensemos que tan solo se afecta el hígado. Se cae en el error de que las proteínas forman tejido y que por eso hay que consumirlas. Es cierto, hay que consumirlas por eso y porque también actúan como medio de transporte de muchas moléculas vía sanguínea. Pero esto no es signo de que se deban aumentar, en toda dieta equilibrada y saludable asociada a una actividad de ejercicio moderada, el porcentaje de este principio inmediato es aproximadamente de un 15%, con el que se cubren las necesidades totales del organismo a nivel celular y muscular, todo lo que sea aumentarlas con el objetivo de aumentar la masa muscular a ritmo más rápido buscando otros objetivos, puede causar otros efectos, no tan saludables, en el organismo. Todo lo que sea aumentarlas es correr un riesgo leve o moderado de la salud. No solo provocan toxicidad hepática, sino que cuando el hígado ya es incapaz de metabolizarlas son trasportadas al colon, donde las bacterias de flora intestinal las metabolizan transformándolas en compuestos nitrogenados que si no son eliminados correctamente, viajan al cerebro donde provocan graves alteraciones. Además de que son un factor predisponente de padecer cáncer de colon, estómago y recto.

– Aumentar los suplementos vitamínicos parece algo totalmente inocuo, que lo hacemos como prevención, evitar males de salud, etc. Pues, es igual de peligroso un déficit de vitaminas como un exceso. Hay determinadas vitaminas como las liposolubles (A, D, K y E) junto con la C, que provocan algunas patologías. Por ejemplo, la vitamina C puede dar lugar a la aparición de cálculos renales. La vitamina A puede asociarse a alopecia, hipertensión craneal, hepatotoxicidad y junto con la vitamina D puede causar osteopenia, algo paradójico ya que la vitamina D ayuda a la absorción del calcio; pues puede provocar por exceso destrucción ósea. Al igual que las vitaminas, algunos minerales también pueden provocar algunos trastornos. El aumento de calcio causa atontamiento; la descompensación de los iones sodio y potasio, calambres musculares en las extremidades.

En resumen, hay que ser muy consciente y consecuente con los déficits y excesos de nutrientes. Hay que tener claro que todos no tenemos la misma genética, no nos afecta por igual el ambiente y, lo más importante, no tenemos la misma forma de afrontar ciertas circunstancias de nuestro entorno. Debemos concienciarnos que hay que tener una buena alimentación, hacer ejercicio y lo más importante, es que nos sintamos a gusto con nosotros mismos, no con los demás; así evitaremos llegar a ciertos extremos o caer en falsas creencias en detrimento de nuestra salud.

Exiao Wr

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